domingo, 31 de mayo de 2009

VALORES

“Nos hacemos justos realizando las acciones justas” (Aristóteles).

EF me comentó la semana pasada que la idea de proyecto social que quiero materializar chocará con las diversas culturas, creencias y religiones de las personas, siendo difícil que todas ellas se alineen con el mismo. Pensando en ello, quiero creer que trabajando en valores estas diferencias, lejos de ser barreras, deben convertirse en fuente de unión, riqueza y creatividad.

Los valores son los mismos para todos y, aunque aplicados en circunstancias únicas, puesto que todas las personas son distintas, se transmiten por contagio. Y es por ello la importancia nuclear que doy a su desarrollo.

Los valores existen. Son cualidades positivas, reales y tienen por ello una dimensión objetiva. Son también relacionales, es decir, nosotros lo captamos o no en una dimensión subjetiva que es esencial también.

Poner en práctica los valores positivos, aquellos que los antiguos griegos llamaban areté (una manera buena de ser), nos ayuda a realizarnos como seres humanos. Y esto es así porque las virtudes (que recibimos después de haberlas ejercitado) nos permite empoderarnos, es decir, dar poder a nuestras capacidades.

Los valores empoderantes se alimentan unos a otros y nos permiten caminar cerca de la esencia del ser humano. En ella se encuentra la consciencia de ser una persona única (yo) y poseer una vida singular y el sentido de la trascendencia que nos envuelve.

He seleccionado 15 valores para el proyecto solidario:

- En primer lugar el respeto mutuo como tronco común.
- Ponerse en lugar de otro como eje central, en el que la solidaridad se manifiesta mediante la caridad, entendida como prestar un servicio al prójimo como una respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación.
- Paciencia, constancia y prudencia como valores en el desarrollo del trabajo de la empresa social.
- Una rama formal, sólida, en la que el respeto madura en la responsabilidad y transparencia. Estos y los anteriores son como unos valores “adjetivos” para todos los demás.
- Otra rama en la que con la condición de la confianza, posibilita el diálogo, y este produce la tolerancia enriquecedora, generadora de cooperación eficaz.
- Viene luego una rama cálidamente humana, que pasa por la compasión, produce la identidad hacia un sentido de pertenencia y desemboca en la generosidad.

¿Por qué estos valores y no otros? Se me ha hecho difícil no citar muchos más. Por suerte, la correlación positiva entre los mismos hace que si crecemos en un valor crecemos en los demás.

miércoles, 27 de mayo de 2009

NECESIDAD

Me dicen: ¿por qué te metes en tantos jaleos? ¿por qué quieres cambiar el mundo? ¿por qué te interesa tanto fomentar valores sólidos? ¿por qué te implicas para cambiar la sociedad? ¿no son temas demasiado grandes para ti? ¿no deberían hacerlo otras personas? ¿no tienes bastante con tu trabajo y con tu familia?

Me acuerdo de la respuesta de un grumete bretón al periodista que le preguntaba cómo había podido hacer aquello: “era necesario”.



Simone Weil decía que demos lo que demos de nosotros mismos al prójimo o a una gran causa, si es por pura obediencia a una concepción clara de la relación entre las cosas, nos decidimos a ello sin esfuerzo, aunque lo realicemos con esfuerzo. No nos queda más remedio y no se deriva de ello ninguna inversión, ningún vacío que llenar, ningún deseo de recompensa.



Si vemos las relaciones entre las cosas, y a nosotros mismos como uno de los términos, la acción brota ahí con naturalidad.



Me dicen: ¿por qué te metes en tantos jaleos? ¿por qué quieres cambiar el mundo? ¿por qué te interesa tanto fomentar valores sólidos? ¿por qué te implicas para cambiar la sociedad?



Y yo les respondo: “es necesario”.

martes, 19 de mayo de 2009

NUESTRO MODELO ACTUAL DE SOCIEDAD NECESITA DE UN "TSUNAMI"

Humberto Trujillo, profesor de Psicología Social de la Universidad de Granada, que participó en la tertulia del programa de divulgación científica “Redes” dedicada al lavado de cerebro, aseguraba que no estamos formando a nuestros jóvenes, sino que les estamos ofreciendo información masiva, intentando que gestionen esa información de un mundo más o menos adecuado, pero sin hacer nada para instaurar los pilares fundamentales en cuanto a las emociones y el comportamiento. Entre nuestros jóvenes, decía, el lavado de cerebro no necesita de mayores complejidades: el deseo de pertenencia a un grupo es suficiente. Por otro lado, Juan Martínez, profesor de Psicología Cognitiva en la Universidad de La Laguna (Tenerife) comentaba que los chicos hacen lo que ven hacer a otros. Así que si el modelo que están copiando es un modelo equivocado o un modelo erróneo, evidentemente estarán reproduciendo conductas erróneas.

Es vital modificar el modelo actual de comportamiento de la sociedad. Necesitamos un cambio sistémico positivo apoyado en valores. Es necesario que los jóvenes tengan una verdadero “apoyo social percibido”, o que al menos perciban ese apoyo social. Los jóvenes son el futuro.