sábado, 31 de marzo de 2012

LA IMPORTANCIA DEL RECUERDO


No alcanzo a recordar ningún viernes de Dolores sin visitar a mi abuela. Ayer fue el primero sin ella, pero la tuvimos presente, y eso fue bonito.

Debemos hablar más de los que no están. Recordar cómo eran, qué hacían, qué anhelaban… y pasarlos de nuevo por nuestro corazón, aunque estos recuerdos ya no coincidan con los hechos. La memoria es un depósito que guarda la herencia del pasado, pero, según Halbwachs, no como evocación objetiva de lo que aconteció, sino más bien la reconstrucción que, desde el presente, se hace en un momento determinado de acuerdo a unos intereses concretos. La memoria, en este sentido, es siempre una resignificacón del pasado. No es extraño que la preocupación por la memoria, por su gestión, haya conducido a la preocupación por el olvido, entendido éste como aquellas zonas de “penumbra” que consciente o inconscientemente se originan en cada resignificación del pasado. Porque resulta evidente que los “olvidos” modelan los recuerdos. Pero eso no debe ser motivo de desencuentro ni de preocupación. Nosotros seguiremos existiendo mientras seamos recordados.

Recordar proviene del latín re (de nuevo) y cordis (corazón): “volver a pasar por el corazón”. Quiero invitarlos/as a detenernos y reflexionar sobre la importancia de nuestro vínculo con el pasado. Recordar para mantener vivos a nuestros antepasados, de volver significativo para la experiencia personal nuestro patrimonio cultural, así como para tomar mayor conciencia de quiénes somos.