sábado, 20 de abril de 2013

CARTA A MANOLO




Querido amigo Manolo:

Acabo de leer en la plaza del pueblo el bando: Hoy se ha muerto Antonio Márquez. Eso quiere decir Manolo, Antonio “el de los colegios”, tu padre. Es verdad que el pobre estaba ya muy cansado… Desde hace solo un poquito más de un año, en el comienzo del invierno, tú lo sabes bien, con su pena cargando. Y al entrar esta primavera, cuando el sol hacía jardín su cochera recién engalanada y abrían las mejores rosas de su patio, él quiso también engalanar la vida nueva, y fue a buscarte.

Encarna, tú no lo sabes. Él era el conserje del colegio. De mi colegio. Del tuyo. Nos abría y cerraba la puerta todos los días. ¡Qué ilusión cuando hacía sonar la sirena del colegio! Y por este tiempo nos daba hojas de morera para los gusanos de seda. No llores porque algunos de ellos se te han muerto hoy por falta de comida. Sí Encarna, Antonio es que se ha ido. Yo te cogeré algunas dentro de un ratito, después de enterrarlo, de vuelta del cementerio. Allí hay muchas. ¿Ves que todo está conectado?

Manolo, tú nos ves, ¿verdad?
¿Verdad que tu padre ya está contigo?
Manolo, tú nos ves, ¿verdad?
¿Verdad que no debemos preocuparnos? ¡Manolo, amigo!
Manolo, tú nos ves, ¿verdad?
Manolo: ¿verdad que tú nos ves? Sí, tú me ves. Y yo creo oír mientras escribo, sí, sí, yo oigo en el poniente despejado, endulzando toda la campiña hasta San Juan, tus zancadas y el alegre silbido de la sirena del colegio.

Papá, ¿ahora quien me va a arreglar la bici?
No lo sé, Rocío.

(Adaptado de algunos fragmentos de Platero y Yo)

domingo, 7 de abril de 2013

FINDING THE WAY



Hay un lugar en nuestro interior más profundo que quiere sentirse realizado, que quiere saber que su vida ha marcado una diferencia, que ha dejado este lugar, este planeta donde ha vivido mejor que cuando llegó, que ha conmovido profundamente la vida de alguien con su existencia. Todos queremos eso.
Me he alegrado mucho hoy al escuchar estas palabras de Wayne W. Dyer.