sábado, 23 de enero de 2016

MI MODELO DE EMPRESA (MIMEM)

El objetivo de una empresa no debe ser la escalabilidad; ni siquiera el crecimiento (1); ni, por supuesto, su venta (2). Todo esto es lo que vienen enseñándonos los nuevos gurús de las startups. Pero están totalmente equivocados. Una empresa es un proyecto de vida. En este ideal, como dice Salvador Pániker, “debemos alcanzar el concepto de lo retroprogresivo”, conseguir que la revolución tecnológica nos lleve de vuelta al origen. Quisiera recuperar los conceptos de barrio y artesano. Como un barrio imagino al ecosistema de empresas. Y a la empresa como una tienda de barrio. Pero de un nuevo barrio, donde aparecen nuevas relaciones y nuevas formas de interacción e interdependencia. Por tanto, a nuevos barrios, nuevos modelos. Un barrio lo conforman espacio y personas, todas ellas habitantes que cuentan con una identidad propia y un sentido de pertenencia a su barrio. Sus señas de identidad son las relaciones y la interacción. Los habitantes del barrio tienen un carácter peculiar dual. Porque son clientes y a la vez dueños de otras tiendas, mantienen relaciones de interdependencia. Porque sus acciones bien como clientes, bien como empresarios influyen en las decisiones (y posteriores acciones) de los otros vecinos. Los clientes y las tiendas se conocen y se necesitan. Pero ¿cuáles son los límites del barrio? La interdependencia ahora incluye a más gente que nunca ya que la gente está menos limitada por la proximidad geográfica (3). Y el empresario de hoy puede ser móvil, o sea, que se puede moverse o relacionarse con cualquier persona de cualquier parte del mundo. Pero en cada lugar que esté, quiere conocer lo que tiene "a su alrededor". En ese ahora su barrio. Las tecnologías lo permiten. Toda empresa debe organizarse en torno al cliente-persona. Se hace imprescindible conocerlo: "Oh, sí, señor Martín, la última vez que nos vimos en su teléfono nos preguntó qué tiempo hacía en Berlin, y ahora se pone en contacto con nosotros a través de su portátil en Berlin, así que tal vez le gustaría que le informáramos de algún encuentro de programadores en las inmediaciones y, por cierto, le gustará saber que el tiempo en casa es lóbrego y deprimente. El señor Martín es móvil incluso aunque no esté utilizando su dispositivo móvil. Proporcionarle información local relevante no significa atarlo a un código postal. Móvil significa a mí alrededor. Móvil significa contexto: saber quién es nuestro cliente, dónde está, adónde va, qué compra..."(4). Las empresas del barrio de hoy deben ser especializadas. Deben proveer productos o servicios que son necesarios. Serán rentables gracias a que aportan valor a un cliente que conocen muy bien. Esté donde esté ese cliente. Tienen que estar en contacto con él. Los clientes-persona se encuentran desperdigados por el mundo (el barrio ya no como espacio físico). Pero Internet y la tecnología nos permiten conectarnos con ellos y establecer una red. Así, las empresas de hoy serán pequeñas empresas artesanales, compuestas de artesanos digitales, relacionales e interdependientes. (1) “La felicidad no está en la facturación, sino en el beneficio” (Trías, 2007: 168) (2) Blanco, C. (2013). Los principales errores de los emprendedores. (3) Castells, M. (ed.) 2004. The Network Society. A cross-cultural perspective. Cheltenham: Edward Elgar. (4) Jarvis, J. (2015). El fin de los medios de comunicación de masas. Gestión 2000, Barcelona.