Todos nosotros tenemos fuertes tendencias a tener
pensamientos y acciones incongruentes.
Decía Chris Argyris, que los seres humanos tienen dos tipos
de teorías en sus mentes: la teoría que defienden (sus creencias y valores manifiestos)
y la teoría que de hecho utilizan (teoría en uso) que solo se puede inferir a
partir de la observación de su comportamiento.
Hace unos años, antes de impartir un seminario sobre
seguridad alimentaria a un grupo de profesionales, coloqué en un lugar
accesible para los asistentes, dos platos. Saqué veinte caramelos de una bolsa
y los puse en uno de ellos. A continuación saqué otros veinte, les quité el envoltorio
y los coloqué en el otro plato. Al iniciar el seminario les hice la siguiente pregunta:
Los ingleses se comen las fresas, frambuesas, arándanos, sin lavar, como si fueran
golosinas. ¿A vosotros qué os parece? La respuesta unánime fue que muy bien,
puesto que estos berries, su producto, están libre de cualquier contaminación y
no hay nada que temer. Al final de la charla, les enseñé los platos. Todos los
caramelos con envoltorio habían desaparecido. Sin embargo todos los caramelos
sin envoltorio seguían estando allí.
Ayer, tras repartir el examen, dejé una pila de folios en
blanco encima de una mesa para que quien necesitara papel pudiera ir cogiéndolo
de allí. Antes había cogido los dos folios de arriba, les hice un doblez, los alisé
y los volví a dejar encima de la pila. Al finalizar el examen observé que la
pila de 500 folios había bajado más del 50%, pero los dos folios que yo había “manipulado”,
seguían estando arriba de la pila. Eran igualitos que el resto, blancos
inmaculados, pero con una leve e inapreciable marca por el centro. Para coger los
otros folios había primero que apartar éstos. Vaya trabajo.