miércoles, 19 de mayo de 2010

MOVILIZACCIÓN

Educación, pobreza, injusticia, crisis económica, crisis de valores… No nos quedemos quietos. Somos muchos los que estamos preocupados. Nos debemos movilizar.

Pero no basta para movilizarnos a la acción, el simple interés, porque debemos actuar eficazmente. ¿Cómo hacerlo?

Como he escrito en alguna otra ocasión, creo que el poder ciudadano es muy grande. Comprometámonos, unámonos, formemos una entidad colectiva. “Los sujetos colectivos somos conscientes de que solo podemos conocer el sentido de nuestro pensamiento cuando actuamos” (El padre de blancanieves, Belén Gopegui). info@colaboraccion.org está para eso, pero no es la única entidad colectiva.

Además de como colectivo, también debemos participar activamente, física y personalmente, pues la íntima participación en las necesidades básicas se convierte también en un darme a mí mismo.

¿El esfuerzo merece la pena?. Para que pase algo hay que invertir una tendencia. Supongamos que seamos bastantes: ¿De verdad podríamos influir para lograrlo? Les dice Benedicto XVI en la Encíclica sobre la caridad a aquellos que piensan que es tarea imposible, que se liberen de la presunción de mejorar el mundo en primera persona y por sí solos y ofrezcan lo que cada uno pueda. Sin embargo, como bien dice el Papa, hacer todo lo que está en nuestras manos con las capacidades que tenemos, es la tarea que nos debe mantener en activo.

Para tomar decisiones orientadas a este fin no es preciso dar muchas vueltas; lo indispensable es adelgazar, eliminar condicionamientos, ganar libertad. Respirar de verdad. Pero a la espontaneidad del individuo debe añadirse la programación, la previsión, la colaboración con otras instituciones.

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